El proceso de producción
El proceso de producción
Las astillas de madera dura como el roble o el abedul se utilizan como materia prima para la celulosa que se utiliza en este tejido. Los árboles que se utilizan para estos fines suelen cultivarse en explotaciones forestales gestionadas. Una vez que los árboles llegan a una instalación de producción de Tencel, se descomponen en astillas y se cargan en una tina de digestores químicos, que suavizan las astillas hasta convertirlas en pulpa.
Luego, esta pulpa se lava con agua y también se puede usar lejía para desinfectarla. A continuación, se seca en una hoja y se enrolla en carretes. La mayoría de los rollos de celulosa son enormes y pesan alrededor de 500 libras.
Luego, estas hojas se rompen en cuadrados que miden aproximadamente una pulgada de ancho, y estos cuadrados se colocan en tinas presurizadas y calentadas de óxido de amina, que es el principal solvente utilizado para fabricar telas de lyocell. Una vez que la celulosa se ha disuelto en un líquido claro, se filtra y se bombea a través de hileras.
A medida que se fuerza a través de las hileras, la celulosa se convierte en fibras largas y delgadas. Las fibras resultantes se sumergen en una cuba de óxido de amina diluido para que fragüen y luego se lavan con agua desmineralizada.
A continuación, las fibras de lyocell se secan y se aplica un lubricante, como silicona o jabón. Ahora se considera que las fibras se encuentran en un estado denominado estopa, y estos haces de estopa se colocan en un rizador que comprime la fibra. A continuación, se cardan, lo que separa y ordena las hebras. Por último, las fibras se cortan y luego están listas para convertirse en una variedad de productos diferentes.
En comparación con el rayón, el proceso de producción de Tencel requiere muchos menos pasos y lleva mucho menos tiempo. Además, dado que el óxido de amina utilizado para fabricar este tejido se puede recuperar, fabricar tejido de lyocell es mucho menos derrochador que fabricar rayón.